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Nuestros errores: Temperatura

Porque así como presumimos lo lindo que nos quedan las diferentes colecciones que tenemos en nuestra tienda y redes sociales, también valoramos la importancia de nuestros errores; en esta (posible) serie de artículos sobre los errores que hemos llegado a cometer, vamos a contar todo desde una perspectiva técnica-informal, aunque pueda parecer contradictorio, al final son cosas por las que no debemos sentirnos avergonzados.


Ahora, bien, comencemos con el tema de este artículo: la temperatura. Algo tan básico, tan inestable, tan... raro.


Los errores por temperatura son comunes si no conocemos el comportamiento de nuestras reacciones de saponificación, al juntar nuestra lejía con los aceites se nos suele advertir: "no deben tener temperaturas muy diferentes", "si está muy caliente la mezcla, se acelera la traza", "si está muy fría, pasarás demasiado tiempo batiendo hasta lograr una traza ligera". Podríamos seguir con la cantidad de consejos para evitar problemas por temperatura, pero poco se habla de todo lo demás que influye en la temperatura que elegimos para hacer nuestros jabones.

Por ejemplo: nuestras mezclas o recetas suelen ser calculadas cuidadosamente con ciertos porcentajes de sobreengrasado, porcentajes altos o bajos de concentración, diferentes proporciones de aceites. Dentro del cuidado, está la falta de experiencia; procuramos llegar a una temperatura de 30 grados centígrados de mezcla para comenzar a batir, sin embargo, esos 30°C combinados con un 40% de concentración en la lejía, nos han provocado trazas en 15 segundos (batiendo a mano, así de extrema la reacción), por lo que no podemos ni siquiera añadir con calma los colores, esencias y mucho menos trabajar cómodamente el enmoldado de nuestros jabones.


Resumen: 30°C + 40% concentración + buen valor de arcillas + grasas saturadas = caos y destrucción.


El jabón "Smol" ha nacido de una mezcla que por poco se arruina si no hubiéramos reaccionado a toda velocidad.
El jabón "Smol" ha nacido de una mezcla que por poco se arruina si no hubiéramos reaccionado a toda velocidad.

Una vez que reflexionamos sobre el por qué teníamos 4 colecciones que estaban pasando por esto, la fórmula base cambió, menor concentración (sacrificando velocidad de secado y 1 punto de persistencia) y menor temperatura, aprendimos a ser más pacientes con el clima que tenemos en verano y dejamos enfriar la lejía más y logramos resultados más estables y manejables, que estamos seguros, estos jabones les van a encantar;).


Así que cuando las condiciones climatológicas sean complicadas, hay que ser más pacientes, pero como este error, hemos experimentado muchos más, que ya estaremos contando en esta bella sección del Blog de Wavin'. ¡Lo importante es nunca asumir nada y nunca dejar de probar!


Esto es prueba de que cambiar la fórmula, nos resultó para bien :)
Esto es prueba de que cambiar la fórmula, nos resultó para bien :)


 
 
 

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